Un baño en una tina o jacuzzi resulta agradable, cómodo, relajante. Sin embargo, podría afectar la salud de quienes lo usan si carece del mantenimiento adecuado. Sin una buena limpieza de jacuzzis, estos se pueden convertir en un problema. Por ejemplo, el control de plagas aumenta la asepsia y disminuye el riesgo en los jacuzzis.
Beneficios
– Este espacio suele usarse para fines terapéuticos o de diversión.
– Reduce el estrés.
– Mejora la circulación y quienes padecen de artritis aliviarán la tensión de sus articulaciones.
– Ayuda a reducir el peso, pero deberá usarse por lo menos 3 veces a la semana. Incluso, si se usa entre 30 a 50 minutos, evitarás el insomnio.
– Los chorros, con presión moderada, brindan un masaje que favorece la relajación muscular.
Sin embargo, también existen varios riesgos y factores que podrían perjudicar a quien lo use.
Riesgo en un jacuzzi
– Si identifica que la temperatura del agua está muy alta, no lo use porque el agua podrá afectar el manto ácido de la piel.
– Se recomienda que la temperatura del agua oscile entre 38 y 39 ºC, lo máximo que podría tolerar un adulto sano durante un máximo de 10 min. Si tardaras más tiempo, la temperatura del agua debe ser inferior a 37 ºC.
– Nunca ingreses en estado de embriaguez, porque podrías desmayarte.
– No es recomendable para mujeres embarazadas, porque la sudoración excesiva podría afectar al desarrollo del bebé. En especial, si la mujer está en el primer trimestre.
– Limpieza. Si el tratamiento de jacuzzis que usamos, ya sea el de un spa o incluso el de nuestra casa, no es el adecuado, podríamos enfermarnos. Lo recomendable es desinfectarlo con cloro semanalmente.
– Es sumamente peligroso entrar al jacuzzi cuando se tiene una herida abierta, ya que es un doble riesgo, porque se podrían transmitir bacterias que nos afectarían o ser transmisores de alguna enfermedad.
– Sin algo huele mal, ¡no lo uses! Existe un riesgo de enfermarnos cuando el agua se percibe turbia o expele un olor fuerte. Hay aromas agradables, característicos de esos sitios que prestan el servicio de baño relajante, pero si el agua tiene un olor desagradable lo mejor es que evite usarlo. Si el mantenimiento es el adecuado, así como el control de plaga, la experiencia debe ser inolora.
– Si eres de las personas que padecen de transpiración excesiva, al ingresar a un jacuzzi podrías deshidratarte, porque perderás sales que intervienen en el proceso químico de tu cuerpo. Evita permanecer por periodos largos, es recomendable que cada 10 a 15 minutos tomes una ducha refrescante.
Control de plagas en los jacuzzis
– Si en las bañeras de hidromasajes no se realiza un perfecto control de plagas tenemos el riesgo de contagiarnos de alguna enfermedad bacteriana.
– Por ejemplo: shiguela, hepatitis, diarrea, amigdalitis, desarrollar infecciones en zonas íntimas e, incluso, infectarse de bacterias mortales como la legionelosis, etc.
Tratamiento para jacuzzis
– El agua se debe cambiar cada mes, para su mantenimiento es recomendable utilizar un desinfectante a base de hidrógeno activo y estabilizador.
– No se recomienda usar solo cloro ni formaldehído. Busca productos biodegradables, de paso te aseguras de aportar al cuidado del medioambiente.
– Además del agua, las manillas, tuberías y el filtro requieren también aseo. El filtro deberá cambiarse cada 6 meses, para evitar dañar la maquinaria.
– Después de cada limpieza, asegúrate que el ph y los niveles de cloro correspondan a lo descrito en el manual.
– Si vacías el jacuzzi para limpiarlo, deberás asegurarte que cuando se vuelva a llenar el agua esté en el límite establecido.
Con este post hemos aprendido sobre el riesgo de los jacuzzis y el control de plagas. Recuerda que es recomendable asegurarse, antes del uso, que este espacio esté aseado para evitar contaminación y enfermedades. La parte interna del jacuzzi debe asearse máximo cada 2 semanas.
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